La Policía tiene que intervenir en ‘El programa de verano’ por lo que ocurre en una conexión

Unos vecinos okupas de un edificio de Badalona amenaza a una reportera de ‘El programa del verano’, que se ve obligada a llamar a la policía.

Si la semana pasada era una reportera de ‘Ya es mediodía’ la que se veía envuelta en un intento de agresión en Valladolid; este viernes ha sido una compañera de ‘El programa de verano‘ la que tenía que recurrir a la policía después de la amenaza de unos okupas en Badalona.

«En Badalona, ‘El programa del verano’ ha localizado a unos okupas en un edificio de tres plantas. En la terraza han decidido montar una piscinita para pasar fresquitos el verano y montar sus fiestas. Los vecinos, ¿Cómo van a estar? Desesperados. Ya no pueden más por los problemas de convivencia e incivismo de los más de 30 ocupantes», aseguraba Ana Terradillos antes de dar paso al vídeo.

En el vídeo, se podía ver como uno de los okupas amenazaba a la reportera y al cámara del programa de Telecinco. «Ya te puedes ir a tomar por culo», decían dos de los okupas de primeras. «¿Quieres que baje y os pegue un puñalazo a los dos? ¿Lo quieres ver? ¡Vamos aquí abajo y nos vemos ahora!», le gritaba el okupa a la reportera.

Tras ello, la reportera y el cámara tienen que huir corriendo porque van detrás de ellos. Una situación límite que hace que la reportera termine llamando a la policía para pedir auxilio. «Somos periodistas y estamos en Badalona en un edificio que no podemos salir porque hay unos okupas que nos han amenazado», le dice la reportera a un Mosso d’Esquadra.

Una vez abajo, la reportera trata de hablar con uno de los okupas para calmar los ánimos. Pero al ver cómo el cámara le grababa, se ponía agresivo amenazando con tirarle la cámara al suelo. «Es imposoble hablar con él», relata la periodista.

«En fin el mundo al revés», comentaba Ana Terradillos nada más volver del vídeo asegurando que su compañera estaba bien. Tras ello, conectaba con Miquel Valls, que se encontraba en la azotea del edificio okupado. «Me he quedado solito en la azotea porque después de la grabación de este reportaje los vecinos se sienten amenazados por los okupas, tienen mucho miedo y no quieren dar la cara ante nuestras cámaras», relataba el reportero.