Crítica de la semana: ¿Qué le pedimos a la televisión en 2022?

ANÁLISIS | Semana del 3 al 9 de enero de 2022

Lo primero que hay que exigirle a la televisión en este inicio de año es que deje de vivir de rentas y que espabile. Que arriesgue. Hay que empezar a mover ficha y replantear muchas dinámicas viciadas. Pero tampoco nos volvamos locos, la tele debe ser fiel a su esencia. Acompañar, entretener e informar como una ventana abierta al mundo a través de la emisión en directo.

Los datos de audiencia de 2021 demuestran que el consumo de televisión ha bajado notablemente. Continua siendo el medio de comunicación más visitado, pero la dinámica de los últimos años es a la baja, a excepción del 2020 que nos lo pasamos en casa haciendo pasteles y pegados a las pantallas.  El principal trasvase de espectadores se produce con las plataformas de pago; así que no es que la gente consuma menos televisión sino que lo hace de otra forma. La cultura de la inmediatez ha propiciado que el sector audiovisual se vea cada vez más voraz y el espectador lo quiera todo a su momento y a su manera.

En este 2022 las televisiones lineales lo primero que deberían replantearse es si les sale a cuenta tener continuamente en sus publicidades anuncios de plataformas como Netflix, Disney+, etc. No tiene ningún sentido, más allá de la necesidad de vender publicidad, que sean las propias televisiones las que se dediquen a patrocinar a su principal lastre. Es como si Telecinco se anunciara en Antena 3 y viceversa. Algo que es muy de sentido común pero que parece que no ha calado entre las mentes pensantes de las cadenas, que prefieren el pan para hoy de los ingresos publicitarios, sin pensar en el hambre de mañana de perder gran parte de tu público.

«A la televisión en 2022 hay que exigirle que deje de vivir de rentas y espabile, arriesgue y se replanteen muchas dinámicas viciadas»

Si entramos a valorar la estrategia de cada cadena de cara al año que estrenamos, más allá del objetivo común, cada una requiere de una medicina específica. A la gran triunfadora de los últimos meses, Antena 3, poco hay que decirle a nivel comercial. Probablemente debería cuidar más al target joven y no conformarse con obtener el liderazgo en audiencias gracias a la gran masa que tiene de espectadores sénior. La principal cadena de Atresmedia debería recuperar el estandarte de la ficción española que tan buenos resultados le dio en la década de los 2000. Sí, ya sabemos que sus series se pueden ver en Atresplayer, pero no estaría mal volver a reunir a los espectadores creando un evento televisivo semanal a través de sus ficciones. Y si no es mucho pedir a Antena 3, también estaría bien algo más de objetividad en sus informativos.

Telecinco tiene mucha plancha en este 2022. Los datos de los últimos meses son preocupantes y no parece que las decisiones tomadas den sus frutos todavía. Teniendo claro que de su programación diaria ‘El programa de AR‘ y ‘Sálvame’ son intocables, el resto de contenidos tienen margen de mejora. ‘Ya son las ocho’ no tira por mucho que intenten erguirse cada día como antagonistas de Rocío Carrasco. Los informativos llevan mil años con el mismo decorado, ya va tocando un poco de chapa y pintura. Y el resto, hay que empezar a pensar en renovar el casting de personajes habituales de la cadena y ser un poco menos tacaño a la hora de invertir en producciones.

En cuanto al resto de cadenas, Cuatro y La Sexta parecen condenadas al olvido. Cada vez son menos relevantes y resulta complicado que consigan llamar la atención frente al resto de competidores. Especialmente Cuatro, que por no tener no tiene ni identidad,  se ha convertido en un canal del todo irrelevante muy alejado de esos años de esplendor y riesgo con ‘Callejeros’ o ’21 días’. Y TVE creo que va encontrando su camino. Lejos de luchar y obsesionarse con las audiencias, debe seguir apostando por el rigor informativo y por un entretenimiento con una clara vocación cultural. El Benidorm Fest es un buen ejemplo del modelo a seguir, ahora toca sacarlo del universo Twitter y hacerlo reconocible para el público general.