Crítica de ‘Fue la mano de Dios’ (Netflix): un coming-of-age deslumbrante con la firma de Sorrentino

Netflix apuesta por una de esas películas en las que parece que no pasa nada… porque lo que pasa es la vida

Netflix ha sido la plataforma elegida para estrenar lo nuevo de Paolo Sorrentino, uno de los realizadores con más personalidad de la actualidad. Los que hayáis visto ‘La gran belleza’ seguro que estáis de acuerdo. Y su nueva película, ‘Fue la mano De Dios‘, sigue constatando que es uno de los directores que más tiene que decir. Su impecable estilo, y su peculiar forma de contar historias lo hacen único, y eso traspasa la pantalla.

La sinopsis puede que nos dé una visión algo irregular de lo que vamos a encontrarnos. «Nápoles, años 80. Mientras el joven Fabietto sigue su pasión por el fútbol, una tragedia familiar perfila su incierto pero prometedor futuro como cineasta». Y su título, haciendo referencia al mítico gol de Maradona, pueden hacer pensar que va a ser una película sobre el astro argentino. Pero nada más lejos de la realidad.

Maradona y la magia napolitana

Sorrentino comienza con un objetivo claro: mostrarnos los pequeños placeres de la vida. Comer una burrata a mordiscos, darse un baño en el mar, gastar bromas a las personas que quieres, ver el fútbol en el balcón… todos esos pequeños momentos que damos por sentado son los que vertebran la historia de ‘Fue la mano de Dios’.

Porque gracias a ellos, podemos sobrellevar los malos, los que nadie quiere vivir. En una conversación hacia el final de la película entre Capuano y Fabietto, el director le dice que tiene que pensar qué es lo que él puede contar, qué es lo que él puede aportar al cine. ¿Y al final qué es el cine si no la vida? ¿No tiene que empezar a pensar Fabietto en qué tiene que aportar a la vida, a su propia vida? Dejar de vivir a expensas de los demás, refugiado en otros. Sacar la cara, partírsela si hace falta, pero saltar al agua sin pensar si está fría o no.

Toda la película es un coming of age que tiene como protagonista a Fabietto, sí, pero también a todo el arsenal de personajes variopintos que le rodean (made in Sorrentino), y a Nápoles como esa urbe decadente donde puede pasar de todo. Por el camino no solo soñará con el fichaje de Maradona por parte del club de fútbol napolitano (un mero mcguffin de la historia), sino también conocerá desde personajes del mundo del cine hasta un contrabandista cuyo único sueño es ser un piloto reconocido de lanchas motoras.

‘Fue la mano de Sorrentino’

La música acompaña en todo momento, tanto la banda sonora instrumental como ciertos temas que van regando el metraje. Pero cuando llega el drama real para su vida, todo cambia, tanto los colores de la fotografía, como la propia banda sonora. Todo se vuelve más gris, más apagado, más triste. Y Fabietto tiene que aprender a sobreponerse y encontrar su propio camino, como le deja claro su hermano. Porque al final esa puede que sea la metáfora que quiere regalarnos Sorrentino.

El realizador italiano, ganador en su momento del Oscar gracias a ‘La gran belleza’, no deja de sorprender con cada una de sus nuevas obras. Una de las últimas fue la aclamada ‘The Young Pope’, en HBO MAX, con una segunda entrega casi a la altura de la primera. Desde luego es uno de los directores más singulares del momento, con toques surrealistas pero también de sus adorados directores italianos de los años 60 y 70.

Filippo Scotti, una joven promesa

La realPero el que es un gran descubrimiento sin duda es Filippo Scotti, que con solo 21 años nos entrega una gran actuación. No habla mucho, pero su mirada, su presencia, su sonrisa a veces bobalicona e incluso su silencio, nos dan un lienzo maravilloso sobre el que reflejarnos. Sorrentino sigue buscando esa ‘gran belleza’ en sus diferentes obras y ahora la ha encontrado en las pequeñas cosas, que al final son las que hacen la vida más llevadera.idad siempre es el punto de partida.