«Me rajaba…»: Terelu Campos se rompe en ‘Viva la vida’ al hablar del hijo de Rocío Carrasco

Terelu Campos no pudo evitar llorar al recordar la ausencia de David Flores en la boda de su madre, Rocío Carrasco

Este sábado 15 de mayo, ‘Viva la vida’ ha vuelto a dedicar parte del programa a comentar el último episodio de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva‘. En este, Rocío Carrasco abordó el motivo de su distanciamiento con su hijo pequeño, David Flores, sobre quien llegó a decir que «no le dejaron asistir» a su boda con Fidel Albiac, en septiembre de 2016.

Terelu Campos, íntima amiga de Rocío Carrasco y que tiene un gran cariño al joven, no ha podido evitar las lágrimas al recordar ese día, en el que ella estuvo presente.

«El problema fue que nosotros sí sabíamos por qué ese niño no estaba ahí. Sí lo sabíamos. Sabíamos por qué no estaba la niña ni iba a estar, lo teníamos claro. Pero el mal rato de no ver a mí David ahí…», ha asegurado la colaboradora con la voz entrecortada.

A David Flores «no le dejaron ir a la boda. Estaba loco por ir», asegura Terelu entre lágrimas

Y ha insistido en que «no lo dejaron. Y eso lo ha contado su madre y los demás lo hemos estado callando muchos años sabiéndolo». «Eso no se lo arrebataron a su madre, no os equivoquéis. No solo se lo quitaron a su madre, sino que se lo quitaron a ese niño. Estaba loco por ir», lamentó Terelu, con profundo dolor.

«Lo vives bastante, ¿eh?», le comentó Emma García, consciente del mal momento que estaba atravesando la colaboradora. Ella, muy molesta y elevando el tono de voz ha asegurado: «es que… me voy a callar. ¿Luego hablan de querer a hijos? ¿Y cuestionan a otras personas y se dan golpes de pecho de querer a un hijo? Me ‘cachis’ en la mar serena…».

La hija de María Teresa Campos ha recordado muy emocionada cómo vivió ella aquel día de la boda de Rocío Carrasco y Fidel Albiac: «Porque yo me rompía. Me rajaba por dentro lo de saber que eso ya no lo iba a poder vivir el niño nunca. Ni ella».

«Para mí ese niño es muy especial. No os podéis imaginar cómo lo podría haber pasado ese niño en la boda. Es impotencia, es frustración», ha finalizado Terelu Campos con los ojos vidriosos al borde de las lágrimas.