La crítica de la semana: Pesadilla antes de Navidad

ANÁLISIS | Semana del 22 al 27 de diciembre de 2020

La programación navideña suele ser de todo menos original. Más allá de la llegada de ‘La última cena’, el resto de cadenas se limitaron a repetir la programación con la que vienen deleitándonos los últimos años.

Ya antes de que llegara Raphael y su ‘Tamborilero’ la semana televisiva tenía más pinta de pesadilla que de cuento de Navidad. 2020 nos tenía preparada una última jodienda para cerrar el año.  No era suficiente con aguantar a Toni Cantó en su faceta de político sin fundamento que nos tocaba comérnoslo con patatas en la final de ‘Mask Singer’. Después de abandonar la interpretación y de sumarse a proyectos políticos abocados al fracaso, Cantó probaba suerte esta temporada como muñeco de feria.

Hay gente que cae mal. En Reino Unido tienen a Hugh Grant y a nosotros nos ha tocado Toni Cantó. Es inevitable, genera rechazo. Nunca es agradable verlo en televisión, pero en este caso escogió bien el barco al que amarrarse. Nadie puede negar el éxito de ‘Mask Singer, uno de los fenómenos del año, que despedía su primera edición el miércoles ante un estupendo 25,9% de share. Quizás ayudó que no supiéramos hasta la final que el Ciudadano se escondía tras el camaleón.

Pero si dejamos el elemento Cantó, hay que reconocerle al programa de Antena 3 el gran casting con el que nos deleitó en su primera temporada. Todos esperábamos que tras la gran pompa promocional nos vendieran la moto y al final los famosos fueran Arévalo y Malena Gracia, pero el show jugó bien sus cartas y sorprendió con grandes nombres del famoseo patrio. Aunque más allá de jugar al ‘Quién es quién’, el programa nos ofreció poco más.

A las galas de ‘Mask Singer’ le quitabas el planteamiento y el desenlace y te quedaba la nada. Su nudo se hacía tremendamente absurdo y la mecánica del concurso no respiraba épica por ninguna parte. El devenir de los concursantes, si ganaban o se iban a su casa, te importaba tres pepinos. Y lo peor es que no había virtuosismo alguno en las actuaciones, nada tenía de competitivo ver a unos muñecos haciendo playback. 

El formato de las máscaras no solo pecó de talento en el escenario, sino también de credibilidad. Había que tener la inocencia de Fresita para tragarse los teatrillos que organizaron los Javis y compañía para alimentar el misterio. El jurado de ‘Mask Singer’ no sumaba nada en este juego en el que parecían empeñados en fallar sus adivinaciones

Malú, Mota y Los Javis fingieron más inocencia que cualquier niño de la nueva edición de ‘MasterChef Junior’. Esta semana el concurso culinario enardecía a las masas con el descubrimiento de un niño diabólico entre sus concursantes. Javier, vallisoletano de de 8 años, se convertía en la pesadilla de sus compañeros, y en especial de la maravillosa Henar, al llamarla fea delante de toda España. El jurado reprendía la actitud del muchacho aunque lo oportuno hubiese sido llamar a sus padres para que se llevaran al susodicho de las cocinas.

Y tras un inicio de semana de pesadilla, con Cantó y el niño demoniaco de ‘Masterchef’, llegó la Nochebuena con la programación habitual de cada año. Sin sorpresas, TVE volvió a ser la opción preferida de los espectadores para atiborrarse de polvorones en familia. A Antena 3 no le fue del todo mal, teniendo en cuenta que se gastaron cuatro duros con un refrito de los momentos más destacados de la cadena, y Telecinco fue la más perjudicada al no lograr conquistar a la audiencia con la emisión del especial de ‘La última cena’.

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