La crítica de la semana: Algo pasa con Toñi

ANÁLISIS | Semana del 27 de julio al 2 de agosto de 2020

La que fue uno de los grandes fichajes de Mediaset en 2017 ha terminado de sustituta de su propio programa.

Toñi Moreno aterrizó en Telecinco después de su travesía por el desierto en Antena 3 con un programa que nadie recuerda, ‘El árbol de la vida’. La presentadora llegaba avalada por su éxito en la televisión andaluza pero tenía por delante una difícil tarea: consolidar un nuevo magazine en las tardes del fin de semana después de mandar a una jubilación no deseada a María Teresa Campos.

Con sus más y sus menos, Toñi consiguió que ‘Viva la vida‘ se asentara en la franja y tuviera personalidad propia. Tanta personalidad le dio al programa que terminó publicando su propia revista y sacando a la venta una línea de zapatillas deportivas horrorosas. Pero parece que la faceta de influencer no fue suficiente para la presentadora. Un año y medio después de su estreno fue desalojada de sus aposentos para mandarla al maravilloso mundo de las extensiones de ‘Mujeres y hombres y viceversa”.

Emma García sustituía a Toñi Moreno después de años sentada en una escalera como celestina de tronistas. El cambio que suponía un agravio para la andaluza. Pasaba de tener un programa con su propio sello a presentar un formato de tercera que no llegaba ni al 7% de share. ‘Viva la vida’ dejaba de ser un programa “de autor”, con todas las comillas del mundo, para convertirse en mero contenedor de la cadena con una presentadora florero.

Pero las desgracias para Toñi no terminaron aquí, un nuevo despido llegaba en 2020. Tras intentar reflotar ‘Mujeres y hombres y viceversa’ y con el confinamiento de por medio se anunciaba que Jesús Vázquez sería el encargado de darle un nuevo aire al formato. Toñi era desaterrada al mundo de las colaboraciones de reality luchando por el turno de palabra con Vicky Larraz o el maestro Joao. Algo que demostraba que a la andaluza no se le caían los anillos por bajar unos cuantos peldaños en la feria de las vanidades de Mediaset. Tanto es así, que aceptaba con alegría su vuelta a ‘Viva la vida’ este verano como sustituta de Emma García.

El programa del fin de semana nunca estuvo entre mis debilidades pero si tengo que quedarme con una presentadora para llevarlo me inclino por Toñi. Tiene su firma, una manera de hacer y de involucrarse en los proyectos que a riesgo de resultar intensa es fiel a su criterio. La andaluza es una vende motos de primera, sabe el público al que se dirige en cada ocasión y le da lo que necesita. Llora, ríe y patalea, tiene sangre o por lo menos lo parece. Emma es otra cosa, un mueble más en el saloncito. Hasta los propios colaboradores agradecen su presencia por no resultar incómoda en sus preguntas. La presentadora transmite la misma emoción que la Siri del iPhone. Se sabe el guión a la perfección pero su implicación emocional con el formato es nula.

Dudo mucho que Toñi alargue su suplencia y vuelva como presentadora titular de ‘Viva la vida’. Emma es intocable para Vasile y muy bien tendrían que irle las cosas a Toñi para recuperar su trono. Lo que está claro es que la andaluza tiene la agenda bastante vacía de cara a septiembre y sus artes dan para algo más que para tenerla entretenida como colaboradora en el reality de turno. Se repite la historia de Luján Argüelles.

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