Gala 7 ‘La Casa Fuerte’: El lamentable drama de Maite Galdeano tras ser cuestionada como madre

El blog de Alejandra Castelló. Crónica de la gala 7 de ‘La Casa Fuerte’. Maite Galdeano y su delicado pasado al descubierto, tras ser juzgada como madre por Jorge Javier Vázquez.

El reality más surrealista e incoherente de la televisión, ‘La Casa Fuerte‘, ha empezado la gala 7 enseñándonos como los concursantes juegan a las películas, hacen una prueba circense y como Yola Berrocal asegura que le ha robado de su caja fuerte. Si es que hay que verlo para entenderlo y para creerlo.

Yola acusa a Oriana (ya que es la que siempre se mete con ella) pero el programa asegura que va a investigar para descubrir la verdad. Qué pena. Porque es tan poco creíble que no son reales ni sus frases, ni sus argumentos, ni sus respuestas, ni siquiera la reacción de Jorge. No acabo de entender por qué intentar crear tramas tan falsas donde no las hay y forzar situaciones, cuando si algo nos han enseñado ‘GH’ y ‘Supervivientes’ es que el contenido surge solo: romances, peleas, engaños, traiciones… Está claro que el programa a veces ayuda, pero creo que en este caso las crea de la nada y a veces es lamentable y decepcionante para el espectador.

Bueno, pues Oriana e Iván son novios oficiales. Si te crees todo esto, son novios. Son varios concursantes en la casa (creo que Leticia la primera) asegura que estos dos no eran ni son nada, pero al ver que podían entrar y darse juego mutuamente en el reality decidieron jugar a ser pareja. No lo sé. Que tienen sexo, seguro, o al menos eso parece. Que saben que esto vende, seguro también. Pues ahora novios oficiales, con cenita romántica y «te quiero» incluido.

La relación de Maite Galdeano y su hijo Cristian. Ha sido Juani, la madre de María Jesús, la que ha tirado de la manta. Cristian se habría confesado con ella, y le habría dicho que su madre Maite solo quería a Sofia y a Kiko, no a él. Maite lógicamente, en su cordura (véase la ironía), ha puesto el grito en el cielo. Y entonces Cristian lo niega todo y dice que la manipuladora y la que es un lobo con piel de cordero es Juani.

Se ve a leguas lo que pasa. Las palabras de Cristian con Juani son totalmente verdad, solo hace falta ver la relación que tiene con su madre. Pero está totalmente dominado por ella. Y si Maite Galdeano dice «niega eso, metete con esta otra», él lo hace. No es mal chico, pero tiene carencia de personalidad y de fuerza. Maite es desquiciante, y aunque Cristian no es santo de mi devoción entiendo que le saque de sus casillas y que no pueda más. Planteándose incluso el abandonar. Y que llore, porque es para llorar. Porque para nosotros es La Maite, pero para él, es su madre. Una madre que dice delante de las cámaras que has tenido problemas “con la noche” y que no deja de recalcar que adora a Sofía y a su yerno, Kiko Jimenez. Es muy difícil. Me parece tan triste que sea un presentador, en este caso Jorge Javier que le recalque que «es tu hijo» y que tienes que ser más cariñoso con ella. Es triste.

Aunque todo esto sepamos que es un espectáculo, siempre, siempre hay algo en el fondo de verdad. Y me da mucha pena ver que la relación de esta familia es así.

Ha sido tal el toque de atención de Jorge Javier a Maite Galdeano (con la que se lleva estupendamente) que, por primera vez, yo diría que casi en muchos años, hemos visto la Maite Galdeano real. Que tiene sus cosas, pero que es una personal “normal”. No la extravagante y surrealista, no. La de verdad. Ha rebajado y ha visto que ese tema no era parte del show, era verdad. Una pena, recalco, ver a Cristian desear que este reality le acerque a su madre. No sé si será así, pero no me cabe ninguna duda que dentro de unos meses los veremos en plató de Sálvame hablando de su relación (para bien o para mal).

Este conflicto también nos ha dejado ver a otra Sofía Suescun desde plató. Su manera de hablar era diferente. Era de verdad. La familia ha dejado apartado el show por unos minutos. Sofia nos asegura que para entender la situación hay que remontarse a la época en que ella vivió con su madre en un piso de mujeres maltratadas y Cristian vivía con su padre por orden de un juez. Ahí se creó un vínculo entre ellas muy fuerte, que no nació con Cristian. Ahora, Sofia, asegura que su madre quiere a su hermano, pero a su manera. Y que tampoco podemos exigirle que actué de otra manera. Bravo por una Sofia coherente y sincera hoy.

Aunque no con esta trama exactamente, creo que estamos viéndole la patita a Juani. Es muchas cosas puedo estar de acuerdo, y a veces tiene una parte muy tierna (a veces), pero no va desencaminado Cristian con su definición de «loco con piel de cordero». En las últimas discusiones vemos a una Juani muy autoritaria y despectiva, una Juani que encaja más con la Juani que veíamos en los platós que defendía a su hija a capa y espada pisando a quien hiciera falta (e insultando también).

Está tan surrealista este reality que Yola y Leticia han quedado muy bien en la prueba de conocimientos. Si, parece imposible, pero han sabido poner sin duda 17 nombres de reyes godos. Las pruebas de cultura siempre funcionan en los realitys por las respuestas surrealistas de algunos de los concursantes. Ni siquiera eso está saliendo bien ‘En la casa fuerte’. Les han hecho estudiar varios temas a lo largo de la semana, y claro… parece que lo han hecho. Supongo que la organización esperaba respuestas surrealistas, risas… y nada de eso. Los concursantes han hecho los deberes y se saben las respuestas. Yola y Leticia los reyes godos, Iván y Oriana los huesos y músculos de la anatomía, etc. Todo al revés.

Al menos en las nominaciones hemos tenido contenido y poco me lo esperaba, ya que en las anteriores galas habían sido sosas, sin ritmo y en general, muy flojas. Hoy era un descarado «todos contra Yola y Leticia», orquestado, creo, en mayor parte, por Juani, la loba. Tan descarado y tan injusto, que poco se imaginan que seguramente lo que están haciendo es hacerlas más queridas por el público. Más de lo que ya son. Para mí, desde el principio las grandes posibles ganadoras de esta reality. Y si no, al tiempo.