‘Nadie es perfecto’: los «tronistas» no los inventó ‘Mujeres y hombres y viceversa’

Hoy estrenamos ‘Mírame’, una nueva sección sobre los secretos de la tele. Recordando que en 2007 Telecinco estrenó un reality del que pocos se acuerdan.

En junio de 2008 llegaba para salvar las tardes de Telecinco, ‘Mujeres y hombres y viceversa’. De eso han pasado ya doce años y, aunque con cambio de cadena incluido y un importante declive de audiencia, sigue siendo uno de los programas más rentables de Mediaset. Tal es así que se ha convertido en cantera de nuevos concursantes para los diferentes realities de la casa y contenido para retroalimentar el resto de programas. Lo que nadie sabe es que un año antes la cadena se sacó de la manga un reality similar lleno de chulazos, ‘Nadie es perfecto‘.

En 2007 Telecinco pasaba por una crisis en su programación, por un lado, la cancelación de su magazine vespertino, A tu lado y por otro la nueva marca de los sábados noche, Dolce Vita, que no tiraba tan bien como su antecesora Salsa Rosa. Con el objetivo de revitalizar esas franjas la cadena juntó dos elementos que tanto éxito le daban: un nuevo reality y Jesús Vázquez, flamante presentador de Supervivientes por esas fechas y presentador estrella. Nadie es perfecto, fue la batalla veraniega entre guapos y cerebritos que pretendía mostrar cuál de ellos tenía más posibilidades para sobrevivir en la sociedad.

Las pruebas del concurso

Cada equipo de ‘Nadie es perfecto’ estaba formado por seis concursantes (tres hombres y tres mujeres) que cada semana tenían que entrenar duro sus habilidades físicas e intelectuales para demostrar en la gala semanal sus progresos. Las pruebas eran un mix entre gymkanas de agilidad y conocimientos de cultura general. Pero al final todo era una excusa para ver a los cerebritos intentando hacer una voltereta sin pena ni gloria o a los guapos hacer el ridículo confundiendo a la entonces vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, con la Madre Teresa de Calcuta. El castigo para los perdedores era una ducha erótica y fría porque al final lo que vendía era ver a los concursantes en cueros, uno de los momentazos fue cuando la propia Ana Milán, que hizo de jurado en uno de los programas, se acaloró con los abdominales mojados de uno de los concursantes.  

Como buen reality de Telecinco tenía el extra de la convivencia donde conocíamos un poco más las intimidades de los concursantes. Todo esto en una gran mansión con zonas comunes donde los equipos preparaban las pruebas semanales ayudados por Ivonne Armant y Xavier Deltell. Además, podíamos ver en directo como pasaban su tiempo libre y estrechaban lazos para los que el programa preparó dos grandes camas en las que dormían juntos todos los miembros de cada equipo porque ya se sabe que sin edredoning no hay reality.

Su comienzo fue prometedor con un 24% de audiencia, pero a pesar de tener todos los ingredientes para triunfar en Telecinco se fue desinflando hasta ser relegado al late night de la cadena, terminando con un 14% de share, y siendo sustituido por Hormigas Blancas. Quizá a día de hoy podría tener cabida en Cuatro, la hermana menor de Telecinco. Se trata de un programa barato, de target principalmente juvenil y del cual se podría retroalimentar el resto de la parrilla.

Los «tronistas» no los inventó Mujeres, hombres y viceversa

Si hablamos de Cuatro, hablamos actualmente de Mujeres, hombres y viceversa que ha sido una gran cantera de concursantes para los realitis de Mediaset, hemos visto a los tronistas participar desde Gran Hermano hasta Supervivientes. Pero mucho antes, Nadie es perfecto ya inventó la figura del «tronista» sin saberlo. Chicos guapos, que quedan bien en cámara, les gusta enseñar sus abdominales y son carne de reality. Ahí estaban los chicos del equipo de los guapos: Valmir Sausa, Curro Hernández y Raúl Hidalgo. El primero seguro que no les suena, pero los dos últimos acabaron años después siendo repescados para otros programas de Mediaset.

Curro Hernández acabó siendo lo que estaba en su ADN «tronista» en Mujeres, hombres y viceversa. Su fué de la televisión en bañador y mojado por la ducha de Nadie es perfecto y volvió en 2011 de la misma forma, desnudo (pero esta vez por Jorge Javier que quiso mostrar los atributos del nuevo tronista a la audiencia). Su paso por el programa de amor no fue lo que el guapo esperaba y acabó abandonado el trono para actualmente dedicarse a los entrenamientos personales.

Raúl Hidalgo tuvo más suerte, Telecinco confió en él para ser uno de los concursantes de Acorralados y nuestra teoría se vuelve a confirmar. Raúl llegó para cubrir el papel de «tronista» que todo reality de Telecinco debe tener. El modelo y presentador lo tuvo difícil pues entre los platos fuertes del programa estaban Bárbara Rey o Antonio David Flores. A pesar de todo consiguió llegar casi a la mitad del concurso siendo el sexto expulsado y demostrando que es carne de cañón de la televisión. Tras ello ha presentado programas como Tu mejor verano en TVE o realizado promociones en First Dates. 

Perfectos o no, los concursantes demostraron dar juego en un verano duro para Telecinco.

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