Marta Fernández denuncia el acoso de un fan: «Tiene una orden de alejamiento»

La presentadora ha reaparecido en ‘Espejo Público’ para denunciar su caso.

Son muchos los famosos que en algún momento han denunciado el acoso de un fan. Lo hicieron Paco González o la actriz Sara Casasnovas. La última en contar su caso ha sido la presentadora Marta Fernández, que ha reaparecido en ‘Espejo Público’.

«El acoso comienza de una manera en que es imposible de detectar. Un individuo comienza a escribirme a través de las redes sociales. Eran mensajes raros, pero no preocupantes. Más inquietante si acaso la insistencia, porque eran bastante frecuentes”, comienza relatando la ex-presentadora de Mediaset.

Poco a poco, Marta Fernández fue recibiendo cartas en su domicilio según ha contado. «Me asusté cuando un día me envía una carta a mi domicilio particular con número de portal, piso y letra. Lo más alucinante es que mi acosador se identificaba. Había plasmado de su puño y letra su nombre y su dirección en el remitente. No entendía nada», prosigue la presentadora.

El acosador se había montado su propia historia de amor según se puede deducir de las palabras de Fernández. «En una de ellas decía que me había visto en una terraza de mi barrio y que yo le había mirado y que su corazón había empezado a palpitar. A partir de ahí se había construido una historia de amor, absolutamente caballeresca y enloquecida», relata.

Pero las cartas y regalos fueron a más hasta que un día de Reyes la periodista dio el paso de denunciarlo en comisaría porque «comprendí que no solo me escribía cartas a casa, si no que había estado allí, en mi puerta y me podía incluso haber roto el cristal del balcón».

Pero lo peor vino cuando empezó a acercarse a ella en persona. «Comenzó a acercarse a mí físicamente. Un día presentando un acto lo identifiqué. Me entraron los mil males. Me tuvieron que sacar por la puerta de atrás», asegura Marta. Pero en lugar de ir a menos, el hombre comenzó a ir a su casa y a esperarla todos los días: » Se plantaba en mi puerta todos los días a eso de las siete y media ocho de la mañana (…) Yo le veía desde arriba. Es como estar prisionera en tu propia casa, porque no puedes bajar». 

Nunca había mantenido conversación con él hasta que un día se encuentran en un bar. » Un día bajo a un bar de al lado y me lo encuentro. Me suelta: ‘¡Que no me haces caso! ¡Las mujeres cómo sois! ¡Las guapas cómo sois!’. Y luego mirando a la gente que había en local seguía: ‘¡Esta que no me hace caso. ¡Mira las guapas! ‘¡Las mujeres que solo queréis a los hombres por el dinero!’, ‘¡Que no me hace caso!'», exponía Fernández.

«En julio y en agosto de este año volvió y ya tuve que acudir de nuevo a denunciar a la policía.Le detuvieron en su casa y un juez le ha puesto una orden de alejamiento de quinientos metros. No ha vuelto», concluía.