Kiko Matamoros recibe el alta acompañado de su hija Laura

El colaborador de ‘Sálvame’ se encuentra mucho mejor tras ser operado de varios tumores en la vejiga. Ya se recupera en su domicilio.

Kiko Matamoros ya ha sido dado de alta y ha salido con una inmensa sonrisa en su rostro del hospital en el que fue operado de varios tumores en la vejiga.

El colaborador de ‘Sálvame’ se encuentra muy recuperado y se ha mostrado en todo momento optimista con los reporteros que le esperaban a la salida. En este momento tan esperado ha estado acompañado por su hija Laura, quien no pudo estar con él durante la intervención por estar de viaje en Argentina con su novio.

Eso sí, aunque le falta su ojito derecho, Kiko ha estado muy bien arropado por el resto de sus hijos: Lucía, Diego, Irene y Anita, y también por su novia, Marta. Matamoros ya respira tranquilo, ya que tras enterarse de que tenía varios tumores en la vejiga supuso un duro golpe para él. A la primera persona a la que se lo dijo fue  a su novia y más tarde a sus hijos, lo que ha servido para limar asperezas con ellos, tras años de desavenencias.

Tras la operación, el diagnóstico es positivo, por lo que se siente tranquilo en estos momentos. Finalmente sólo se trataba de un tumor, y no de seis, como él mismo había dicho en una revista. Además, todo está bastante localizado. Su hija Laura regresaba de Argentina la misma mañana que le han dado el alta a su padre, para poder ir a recogerle. Junto a ella ha estado también su novio, el influencer Daniel Illescas.

Lo ocurrido le ha servido para reflexionar

Kiko Matamoros estaba tan feliz que no dudó en responder a todas las preguntas de los reporteros que le esperaban a la salida del centro hospitalario. “Tanto con mis hijos como con otras personas mi relación ha mejorado y sobre todo para valorar la vida. Tienes tiempo para darte cuenta que tienes que optimizarlo y darle importancia a lo que realmente merece la pena”, decía en ‘Viva la vida’ el colaborador de ‘Sálvame’

Sobre cómo ha ido la operación, dijo: “Los médicos vieron unos coágulos que estaban adheridos a la zona tumoral, pero que tampoco revertían ninguna gravedad a la intervención. Lo importante era el grado de penetración que pudiera haber tenido en la vejiga. Por suerte no habían atravesado la primera capa”, explicaba.