Un nuevo rumbo para TV3: ¿Cambio o inmovilismo?

El acuerdo entre ERC, JxCat, Ciudadanos y PSC para renovar los asientos de la Corporación Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) plantea (im)posibles nuevos escenarios para la cadena pública.

Hace menos de una semana que hemos conocido la nueva composición del órgano encargado de controlar los medios públicos catalanes, la CCMA. Los cuatro partidos con mayor representación política en el Parlament -ERC, JxCat, Ciudadanos y el PSC- han alcanzado un acuerdo para repartirse los seis asientos del consejo, cuya presidencia estará en manos de los de Oriol Junqueras.

La novedad en esta ocasión se produce por la entrada de Ciudadanos en el ente público, con un único consejero, que se suma al de los socialistas. Por su parte, JxCat contará con dos representantes. ERC, más allá de presidir el organismo, también dispondrá de un segundo apoderado. Por lo tanto, a pesar de este pequeño cambio, la bancada independentista continuará beneficiándose de la CCMA con cuatro de los seis consejeros a su cargo.

¿Críticas desmesuradas?

Es indiscutible que TV3 se ha convertido en los últimos años en un altavoz de el procés. De hecho, tan sólo es necesario echar un vistazo a cualquiera de sus programas para ver cómo el independentismo acaba apareciendo -o protagonizando- cualquiera de sus espacios. Y no es para menos, de hecho se trata de un tema de rigurosa actualidad cuyo análisis es más que necesario.

Sin embargo, las críticas a la cadena vienen precisamente por su falta de imparcialidad política y su más que evidente acercamiento a las tesis secesionistas. Han sido muchos los periodistas catalanes que han denunciado prácticas poco éticas por parte del ente público. Entre ellos, Jordi Évole, quien manifestó hace pocos meses en una entrevista en ‘El món a RAC1’ que “TV3 debería de ser más plural”. Una supuesta manipulación informativa que incluso ha llegado a la Eurocámara, de la mano con la de TVE.

La manipulación: verdad o mito

El 26 de enero de este mismo año la Junta Electoral sancionaba a TV3 por su cobertura sobre el concierto a favor de la liberación de los políticos catalanes encarcelados. Algo que se repitió cuando la televisión catalana decidió también realizar un intenso seguimiento sobre la manifestación independentista realizada en Bruselas.

La utilización de niños a favor de la causa independentista, la quema en directo de un ejemplar de la Constitución española, la omisión de la palabra “España” en series de animación infantiles o sus discretos despliegues cuando se trata de cubrir actos contrarios al independentismo, son algunos de los ejemplos más denunciados.

Lo cierto es que desde el sector independentista defensor del actual modelo informativo de TV3 se justifica que en las tertulias y programas políticos organizados por la cadena siempre hay representación de todos los partidos. Algo que no sucede en el resto de cadenas estatales como Telecinco, La Sexta o Antena 3. Lógicamente, este argumento cae por su propio peso teniendo en cuenta que todas estas cadenas que acabamos de nombrar son entes privados que no se rigen por las mismas normas que los públicos.

«Los trabajadores de Televisión Española sí decidieron revelarse contra esta falta de pluralidad e intervencionismo político…»

Otra “prueba” también muy utilizada por los partidarios de TV3 se centra en criticar a Televisión Española por su supuesto discurso anti-independentista. Este punto es, cuando menos, bastante interesante de analizar. Por un lado, porque TVE es la cadena estatal de España y sería ¿misterioso? que como tal se mostrara partidaria de la secesión de una de sus comunidades autónomas. Por otro lado, es cierto que sus programas de debate en los últimos años no solían contar con rostros partidarios de la independencia.

Ahora bien, a diferencia de TV3, los trabajadores de Televisión Española sí decidieron revelarse contra esta falta de pluralidad e intervencionismo político organizando los viernes negros. Además, con el reciente cambio de gobierno, más del 85% de los profesionales de la información que trabajan en la cadena han respaldado en un referéndum a la actual jefa de informativos. Sin embargo, las voces críticas -que las hay- dentro de la propia televisión pública de Cataluña nunca se han atrevido a hacer un ejercicio similar. ¿Los motivos? Los desconocemos…

Cambios que brillarán por su ausencia

Llegados a este punto, es evidente que TV3 mantendrá su actual línea ideológica. Al fin y al cabo, sus audiencias han incrementado notablemente coincidiendo con la radicalización del conflicto independentista. En este sentido, sería interesante reflexionar una vez más sobre qué papel debe de tener una televisión pública: independiente de cualquier poder político, plural, transparente… Términos que por el momento reflejan poco -o nada- la esencia de la actual Televisión Pública catalana.

El hecho de que los independentistas vuelvan a tener el control de la CCMA imposibilitará cualquier cambio que trate de impulsar un modelo más abierto que represente al conjunto de Cataluña. Que una parte -más que importante- de la sociedad catalana se sienta ajena a la realidad española no significa que la parte restante también opine lo mismo. En estos momentos TV3 representa a algo menos de la mitad de catalanes (si nos basamos en el número de votos -y no de diputados- registrados en los últimos comicios). Todo apunta que será difícil visualizar cualquier cambio en los próximos años.

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