Las pruebas irrefutables que confirman el tongo de ‘GH VIP 6’ con la inmunidad de Asraf

Una enésima irregularidad, durante la undécima gala, por la presuntas trampas que hizo Asraf, con la ayuda del propio programa, en el juego por alzarse con la jefatura de la casa y con la anhelada inmunidad.

La sombra de la manipulación y el pucherazo vuelve a poner en entredicho la trasparencia de la organización. O más que su trasparencia -que es nula-, su credibilidad. Ya la perdió por completo en aquel ‘Límite 48 horas’ en el que hubo cambios muy bruscos en los porcentajes y, para colmo, cuando tuvieron la desfachatez de superponer abucheos enlatados sobre los aplausos del público cada vez que hablaba Míriam Saavedra. Concursante amada por media España y odiada por la mismísima organización. ¿Cómo se quedan? Lo podemos intuir.

Pero, pese a que el programa está contra las cuerdas, parece que en cada gala quieren superarse y tensionarlas aún más. Da la sensación de que disfrutan con la polémica, enfangándose en el conflicto y poniendo a la audiencia al borde del infarto. Claro, las audiencias siguen disparadas e incluso con estas sucias triquiñuelas logran incrementar la expectación. Verdaderamente, aquí el problema lo tenemos nosotros, porque parece que somos masocas al consumir unos contenidos que abochornan a cualquiera.

La última gran polémica -atención- puede ser de las más graves que se han producido a lo largo de la edición. Y miren que el listón estaba bien en alto, pero no sé cómo lo hacen, que se superan. En esta ocasión, ha venido de la mano del poder de la inmunidad, la jefatura de la casa y su ridícula prueba para conseguirlo. Y con Asraf, uno de los participantes más equidistantes y rechazables, como protagonista de este entramado. Y ahora entenderán por qué me atrevo a tildarlo de «entramado». Les garantizo que no es nada descabellado.

Empezamos por partes. Consistía en buscar una esfera, en cuyo interior se encontraba una capa de «Súper López«; una manera también de promocionar la película que hoy se estrena y con la que nos dieron el tostón durante toda la noche con una publicidad que rallaba lo invasivo. Quien la localizara primero, se alzaba con la inmunidad y con un poder extra, muy seculento, que en este punto del concurso es vital. El agraciado fue Asraf Beno, ese chico que se siente altamente identificado con el Kebab. Cuando la encontró, casi nos dio una isquemia cerebral, porque todos habíamos puesto velitas para que fuera Miriam o Koala quien viera ese objeto. En cualquier caso, hasta aquí todo normal. Una mala noticia, pero normal.

‘Gran Hermano’ ha entrado en una dinámica peligrosa

Lo peligroso, porque GH ha entrado en una dinámica extremadamente arriesgada y peligrosa, viene cuando empezamos a hilar los acontecimientos que se han producido antes y durante. Una nota, una camiseta díscola y un clavo despistado. Esos son los principales elementos que han mosqueado muchísimo a la audiencia.

Todo empieza con el jueguecito -aburrido- de las llamadas a los familiares. En el caso de la de Asraf y Mónica -Y SOLO EN LA DE ASRAF Y MÓNICA- aparece una camiseta de color azul en la puerta de salida. Una prenda que el marroquí recoge decididamente antes de reunirse con sus compañeros. Esa camiseta también aparece en la llamada de Mónica, pero en su caso no se percata y se queda muerta de risa.

Un detalle que, al principio, pasó desapercibido, pero que ahora se ha convertido en una pieza fundamental de este -insistimos- entramado. Quién puso esa camiseta ahí y con qué motivación, es todo un misterio. El caso, es que había algo más allá de una simple camiseta: contenía un papel sospechoso. A partir de ahí, todo viene rodado. Comienza el juego de la inmunidad y Asraf va directamente, sin titubear, al retrete portátil que hay en el jardín. Una reacción que llamó muchísimo la atención porque: ¿cómo es posible que fuese derecho al sitio donde Aramís había dejado la bola? Es muy complicado, por mucho que hables de presentimientos y cosas varias, ya que hay estancias en la casa para dar y regalar.

Pero, si rizamos más el rizo, tenemos dos elementos más que entran en juego. Uno, el que Aramís vaya directa a ese baño y que haya un clavo para colgar la esfera que antes no estaba, y que Asraf intentara decir a Mónica y Suso -en un descuido y entre susurros- que estaba en el baño. Una pieza más, que encaja perfectamente en ese rocambolesco puzzle y que refuerza la teoría de que ‘GH’ había orquestado con Aramís una trampa, muy descarada, para favorecer -una vez más- a Suso y Mónica. Los niños mimados por la cúpula. Y es que, claro, las cabezas pensantes debieron de prever que, si subía a la palestra uno de esos dos impresentables, Asraf los iba a sacar por su estrecha relación.

Un pensamiento que se materializó en hechos. Miriam, Koala y Mónica fueron los nominados, pero el pseudo «Míster Universo» jugó su carta y tuvo la indecencia de sacar a Mónica por Tony; su archienemigo en la casa y nuestro claro finalista junto al dúo «koriam». Por lo que se plantea un duro escenario: qué dedo me corto que no me duela.

Porque, a priori, la posibilidad de que la organización recule y anule esas nominaciones por la sombra de la duda, como que no, como que es remoto. Eso no está en su ADN. Ellos son más de tirar balones fuera e incluso de enfrentarse a su propia audiencia tachando sus comprensibles quejas de «teorías conspiranóicas». La misma audiencia que les llena los bolsillos cada semana cuando se disponen a salvar y expulsar a alguien.

Fíjense si se ríen en su cara que, ni para mentir, se ponen de acuerdo. Porque pronunciarse se han pronunciando. Y cada parte con una versión distinta. Mientras Jorge Javier improvisaba que era una etiqueta de la camiseta, el Twitter oficial de ‘Gran Hermano’ decía que eran unas tarjetas con los nombres de los concursantes. ¿Nombres? ¿Nombres para qué? Lo cierto es que con estas absurdas explicaciones no hacen más que disparar las alarmas.

A partir de ahí, no le han querido dar más pábulo pese a las insistencias de la audiencia. Porque -como no podría ser de otra manera- lo ético y lo honesto -aunque esos valores no los han estudiado- es que impugnen las nominaciones. O que, al menos, invaliden la decisión de Asraf. Claro que, con las líneas abiertas casi veinticuatro horas, este movimiento sería caótico. Así que, como nosotros también tenemos salidas para todo, les emplazamos a que suban a la picota cuatro nominados: Koala, Miriam y Tony más Mónica. Y que su línea se abra el próximo domingo.

Les recuerdo que algo parecido ocurrió en la edición de Belén Esteban, pero, claro, también existían antes las expulsiones disciplinarias y ahora son una leyenda urbana por muy grave que sea la infracción. Los tiempos han cambiado, y ellos reman, sin embargo, a contracorriente.

 

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