La crítica de la semana: Si Franco levantara la cabeza…

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 20 al 26 de agosto de 2018

Los dos años de legislatura de Pedro Sánchez parece que van a dar sus frutos. Desterrado el dictador, los cambios también llegan a la televisión pública, y las primeras víctimas ya asoman la cabeza.

No se habla de otra cosa, y es normal, estamos en verano y la falta de temas amplifica el ruido de las pocas noticias que genera el mes de agosto. La exhumación de Franco llena y rellena infinitas horas de televisión, y las que nos quedan. Los mal llamados nostálgicos, deberíamos llamarles fascistas, van apareciendo como setas tras años escondidos entre sacristías y bares de carretera para reivindicar la figura del dictador. A todo el mundo le gusta un freak y la televisión en España es experta en darles foco, cuestan cuatro duros y la de cantidad de titulares que generan es innegable. Entre todos ellos la gran estrella del momento es Pilar Gutiérrez, una psicóloga deslenguada muy avezada en el lenguaje televisivo tras dedicar su vida a las colaboraciones esporádicas por los platós de España. No tiene pelos en la lengua, se enfrenta a todo aquel que osa desacreditarla y se dedica a fantasear con la figura de Franco como si en vez de un asesino fuera el padre Ángel. Hasta aquí todo bien, los bufones siempre han funcionado en la pequeña pantalla, pero ¿es sano dar voz los talibanes del franquismo para ridiculizarlos o con ello lo que estamos haciendo es humanizar la figura del dictador?

No sabemos si en ‘Ya es mediodía’ o en ‘Hechos reales’ se hacen esta pregunta, tampoco me preocupa ya que son un medio privado y están en su derecho de hacer lo que les venga en gana, siempre dentro de unos límites que en este caso no son sobrepasados. Pilar Gutiérrez ha encontrado su amplificador y Telecinco un personaje al que exprimir, veremos hasta cuando da de sí la señora de los gatos. Ya sea por Pilar la “nostálgica” o por el acierto en el fichaje de la siempre imprevisible Alba Carrillo, que ‘Ya es mediodía’ vive su momento más dulce desde su estreno. El espacio de actualizad política y corazón se encaramaba el pasado jueves hasta un correcto 11,5% de share. El buen hacer de Sonsoles Ónega es innegable, a pesar de su evidente desconocimiento del mundo rosa,  demuestra cada día el acierto del señor Vasile de darle a la periodista un programa propio. Si bien es verdad que la audiencia parece decir todo lo contrario, un servidor apostaría por prescindir del papel cuché, con tal de darle cierta entidad al programa y diferenciarlo de las ofertas habituales de la cadena. La tertulia fresh podría reconvertirse en un repaso a la actualidad más desenfadada, con temas más banales y pinceladas de corazón.

Si Franco levantara la cabeza vería como su exhumación está despertando a todos sus feligreses. En ‘La Sexta Noche’ otro erudito, el general Monzón,  hacía las delicias de los distorsionadores históricos negando los asesinatos del caudillo, con el beneplácito de Marhuenda e Inda, solo faltaría. El programa presentado en periodo vacacional por Hilario Pino marcaba este sábado un notable al 7,4% de share. Esa misma noche un informador que le hubiese encantado al dictador,  Jenaro Castro,  desaparecía de ‘Informe semanal’ después de meses haciendo malabares con la objetividad, mancillando uno de los pocos clásicos que sobreviven en nuestra televisión. La nueva dirección de RTVE ha decidido prescindir de los servicios de tan nefasto comunicador, y no es el único de esta escabechina tras el cambio de gobierno. Plausibles la mayoría de destituciones, uno no puede evitar apiadarse de las ‘Amigas y conocidas’, que dentro de la simpleza del formato nos dieron mañanas entretenidas.  Le quedan cuatro días a Inés Ballester, pero Berta Collado ya nos regaló un adiós para el recuerdo con su sublime: “amigas, conocidas y despedidas”.

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