Los padres también cocinarán en Telecinco

Tras la polémica suscitada la semana pasada por el machismo del programa, esta semana el espacio contará con un padre y un hijo entre las parejas de concursantes.

El estreno de ‘Mi madre cocina mejor que la tuya’ la pasada semana en Telecinco no estuvo exento de polémica. Como ya te contamos, las redes estallaron contra el programa por el machismo de su título y mecánica así como los comentarios de uno de sus chefs y el presentador Santi Millán.

Sin embargo, en su segunda entrega el espacio producido por Mandarina contará con una gran novedad: una de las parejas estará formada por un padre y su hijo, que se enfrentarán a las otras tres familias.

Tras una primera entrega protagonizada por personajes famosos, el segundo especial del concurso conducido por Santi Millán contará con participantes anónimos, que tendrán que exhibir sus cualidades culinarias en busca del triunfo, recompensado con un premio de 6.000 euros y la posibilidad de participar nuevamente en la siguiente entrega.

Estas son las cuatro familias protagonistas del segundo programa:

⦁ Antonio (47 años) y Pablo (20 años). Padre e hijo. Residentes en Cádiz. Antonio es guardia civil y un aficionado a la cocina desde hace décadas. Él es quien se encarga de cocinar en su casa. Está casado y tiene tres hijos. El mayor, Pablo, quiere ser diseñador de videojuegos y en casa suelen pugnar por demostrar quién cocina mejor. El padre le ha metido el gusanillo de la cocina, algo que le va a venir muy bien porque está pensando en estudiar fuera de su ciudad.

⦁ Ana (64 años) y Sara (25 años). Madre e hija. Asturianas. Aficionadas a la cocina vanguardista y especialistas en platos marineros. Ana ha sido administrativa y también ha trabajado en un bar. Cuando era pequeña, solía salir a pescar con sus padres y cocinaban lo que pescaban. Sara quiere ser actriz y, si ganan los 6.000 euros de premio, tienen pensado invertir ese dinero en su formación. Desde que se quedó viuda, Ana ha contado con el apoyo de Sara para superar el bache. Esta aventura culinaria es una experiencia para las dos y una forma de compartir más tiempo juntas.

⦁ Belén (60 años) y Pepo (30 años). Madre e hijo. Madrileños. Ella es ama de casa y él, abogado. Trabaja en el negocio familiar. Pertenecen a una familia de clase alta de la capital. Pepo se ha casado recientemente y viene al programa para intentar aprender algo de cocina y poder practicarla cuando tenga hijos. Se considera un animal de las redes sociales, filósofo, pensador y poeta. Ambos tienen un gran sentido del humor. Belén es exigente y mandona a la vez que muy paciente. Una de las pasiones de Belén es la cocina y su intención es que a su hijo adquiera un poquito de su pasión.

⦁ Teresa (69) y Sonia (45). Madre e hija. Barcelona. Teresa es una madre moderna pero muy tradicional en la cocina. Su hija compite en fitness y su punto de fricción es la cocina. A Teresa le gustan las recetas con sustancia y a Sonia, sin grasas, a la plancha y sin salsas. Teresa no entiende que su hija tenga que estar a dieta porque la encuentra estupenda. Teresa no se altera por nada mientras que Sonia es más nerviosa. El primer recuerdo que tiene de su madre es cocinando en casa para toda la familia.

Guisantes y galanga y carré de cordero con seso y patata a la pimienta, platos de Rodrigo de la Calle y Pepa Muñoz que abrirán la competición

Los chefs Rodrigo de la Calle y Pepa Muñoz encabezarán nuevamente a sus respectivos equipos, integrados cada uno de ellos por dos familias. Estas deberán competir en la primera fase emulando dos recetas estrella de ambos cocineros tras recibir de ellos una master class: guisantes y galanga, en el Equipo Verde, y carré de cordero con seso y patata a la pimienta, en el Equipo Naranja. La familia de cada equipo que mejor haya replicado el plato pasará a la segunda y decisiva fase. En ella, los hijos deberán cocinar con las instrucciones de sus padres/madres dos de sus grandes recetas, con el objetivo de lograr el ‘Champiñón de oro’ con el que se distinguirá al ganador. Juan Echanove, experto y juez gastronómico, tendrá la última palabra.