Chicote estalla en ‘Pesadilla en la Cocina’: «¡Cállate coño! Te estoy aguantando lo que a nadie»

La nueva entrega del programa culinario de La Sexta estuvo marcada por una fuerte tensión en el restaurante que al presentador le tocaba acudir este miércoles.

Este miércoles, Alberto Chicote viajaba hasta una tetería nazarí situada en la ciudad autónoma de Melilla para asesorar, como hace en cada entrega, a los empleados. Mohamed, el propietario, se mostró muy agradecido con su visita y nada más arrancar defendió que en su local la calidad de los platos que se sirven es suprema.

Sin embargo, cuando Chicote se dispuso a comprobar las fanfarronerías del gerente, descubrió que sus palabras no tenían gran dosis de razón tanto por la presentación como por la elaboración de los platos. De hecho, los crepes tenían un aspecto tan desastroso que solo pudo decir que se asemejaba a una “comida de un piso de estudiantes”. Lo que fallaba era la coordinación entre un equipo que daba palos de ciego y que “no tienen capacidad para llevar ni un kiosko de chuches”, sentenciaba el cocinero.

Y precisamente fue por esa mala compenetración en el trabajo en equipo por lo que el servicio dejaba mucho que desear hasta el punto de que las reservas fueron cayendo y los clientes cancelaron sus pedidos hartos de esperar. La situación era insostenible y Chicote, enfurecido, reunió en la cocina a los camareros para echarles un buen rapapolvo.

¿Tenéis la sensación de qué habéis hecho un gran trabajo? De las normas que hemos dicho al principio, ¿cuáles hemos respetado? En la cocina ninguna porque hemos dicho de repartir el trabajo y no habéis hecho ni caso. De la parte que nunca esté el comedor vacío, ¿qué parte no habéis entendido?». Una bronca que no achantó a uno de los jovenzuelos empleados que forman el servicio: «yo he hecho mi trabajo, no puedo estar pendiente de todo» apuntaba en un tono muy déspota.

Una contestación que fue la gota que colmó el vaso para que el presentador estallara: «¡Cállate coño! ¿No voy a poder hablar tampoco? Te estoy aguantando lo que no le he aguantado a nadie», gritaba al tiempo que el gerente, Mohamed, admitía lo sucedido e instaba a sus empleados a que no se chulearan porque Chicote no hacía más que ayudar.