La crítica de la semana: La resurrección de TV3

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 26 de marzo al 1 de abril de 2018

La cadena pública vive su mejor momento de audiencia mientras sufre la crucifixión de los más contrarios con el proceso catalán.

Antes de que llegara el movimiento independentista a su etapa más beligerante la televisión pública catalana sufría para alcanzar el 11% de share, viéndose ampliamente superada en el cómputo mensual por Telecinco. Con los últimos destellos del verano de 2017 explotó mediáticamente el conflicto nacionalista y con ello aumentaron las trincheras, TV3 atrajo a su audiencia y con ello los datos de la cadena alcanzaron el estupendo 15% con el que despedirá este mes de marzo. La pública catalana lidera jornada tras jornada y sus informativos superan de largo el 20% de share.  De la misma forma que el Estado español ha propiciado en los últimos meses que aumentara el desapego de muchos catalanes con las instituciones del Estado, muchos de los medios españoles, lejos de ofrecer un mensaje conciliador, han apostado por seguir a pies puntillas el argumentarlo del Gobierno, propiciando que el público catalán más nacionalista abandonara cualquier canal de televisión que no hablara el idioma de Pep Guardiola. Si el objetivo final del PP y de los medios españoles era que Catalunya permaneciera en España, no parece que la estrategia empleada hasta el momento haya sido la más apropiada; los datos de audiencia son los que son y en Catalunya el consumo de televisión en castellano está bajo mínimos.

Esta semana, el siempre “moderado” Carlos Herrera, soltaba semejante perla incendiaria: «El vertedero inacabable que es TV3 también es violencia». Digamos que mensajes de este tipo ayudar, no ayudan, pero por suerte hay algo de esperanza en las nuevas generaciones, la propia hija del periodista, Rocío Crusset,  le soltó a Bertín el viernes en ‘Mi casa es la tuya’: “No quiero la independencia de Cataluña, pero hay que equilibrar un poquito todo». Más allá de lo anecdótico del rifirrafe ideológico en el clan Herrera, son muchos los políticos que tienen el ojo puesto en la televisión pública catalana. Miembros destacados del PP o Ciudadanos no se esconden en señalar cualquier movimiento sospechoso de TV3. Han sido varias las voces de la derecha española que se han alzado estos últimos días contra la supuesta manipulación informativa que se practica en Catalunya. Sorprende que, con lo laxos que son con los informativos de TVE, se pongan tan exquisitos con otra televisión pública.

Si bien es verdad que TV3  está haciendo las cosas muy bien comercialmente, su audiencia es la envidia de todas las televisiones autonómicas, su deriva ideológica sí resulta algo más preocupante. La pública catalana no manipula pero sí que ha dejado de ser inclusiva, para contentar únicamente a los partidarios del independentismo. Ya no es la televisión de los 90 que llevaba el catalán a todos los hogares a través de Son Goku y sus bolas de dragón mientras por las noches no se avergonzaba de hacer humor en español con los sketches de Alfons Arús y su ‘Força Barça’. Ahora TV3 prefiere que no se cante en castellano o dobla el cine español restándole toda verdad a las interpretaciones. Hay que fomentar el uso del catalán desde el aprecio al resto de lenguas, nunca desde la incomodidad a todo lo que suene con ñ. La pública catalana tiene un público fiel y no parece dispuesto a soltarlo, las audiencias dan de sí a pesar de que la otra mitad de Catalunya se vaya perdiendo por el camino. Para ir a ejemplos más concretos; ¿en TV3 se narra con el mismo énfasis una manifestación independentista que una unionista? La respuesta es no, pero en todo caso, se la da cobertura a ambas. Por el momento, la información que ofrece es veraz y ningún político debería amenazar con su continuidad, otra cosa es la ética de cada uno y la responsabilidad que uno tiene como medio público.

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