La muerte de ‘Gran Hermano’: frivolizar el presunto abuso sexual

El reality vive sus horas más bajas y envuelto en su mayor polémica. La gala de este jueves pasará a la historia por explotar algo tan delicado como un presunto abuso sexual.

La muerte de ‘GH’ empezó cuando cambiaron a Mercedes Milá por Jorge Javier Vázquez. Mercedes como presentadora vivía el programa, le gustaba, veía el 24 horas, tenía cariño por los concursantes, se entregaba al formato y entretenía como nadie. En cambio, Jorge Javier no ha estado a la altura. No se le ve agusto, ni disfrutar o que viva el concurso. Nadie duda que es un buen presentador, y que sirve para programas de corazón y con famosos. Sin embargo, en ‘GH’ no ha encajado desde el principio y la audiencia no le ha aceptado nunca. Eso él mismo lo sabe, y no demuestra las dosis de entrega que requiere el emblemático reality.

En esta edición nada se ha hecho bien. No pudimos ver la entrada de los concursantes en el arranque de la «revolución». Decidieron meter a 100 aspirantes que estuvieron conviviendo tres días, sin que la audiencia pudiera conocerles, perdiéndonos las primeras tramas y todo lo que estaba ocurriendo. Cayendo en otro error: no empatizar con unos concursantes, que es la pieza clave dónde radica el éxito de un reality de televisión.

Eliminar el canal 24 horas fue la estocada que siguió ahondando en la crisis del formato. Tuvieron que pasar 17 días para que Telecinco recapacitara, y volviera a encender el 24 horas, pero ya era demasiado tarde. Hicimos una serie de protestas en redes sociales que lograron ser TT, mientras los hashtags oficiales no llegaban a ser tendencias. Fue el peor arranque histórico, que dejó herida de muerte a esta edición.

El programa ha encadenado una serie de mínimos históricos de audiencia y han ido dando tumbos una y otra vez con decisiones improvisadas y a la desesperada. El despropósito más sonado fue meter a tres famosos, otra equivocación letal ya que es un formato de anónimos y restó visibilidad a sus verdaderos protagonistas. Y después, con el episodio de un supuesto abuso sexual dentro de la casa la pasada semana, que ha logrado remover conciencias y que volvamos a hablar de ‘Gran Hermano’, pero ¿a qué precio?

El asunto ha llegado a manos de la Guardia Civil, que en todo este tiempo no ha podido investigar nada, porque no se han aportado las pruebas que demuestren el supuesto abuso por parte del ex concursante José María. Y aparte la víctima Carlota, evita cualquier «tipo de procedimiento» contra José María, por -según ella- los «lazos afectivos que había entablado con el ex concursante», por lo que el caso se archivó y no se ha podido investigar. La concursante, ha accedido a volver a la casa de ‘Gran Hermano’, en lugar de permanecer con apoyo de psicológos y junto a su familia y no en un programa de televisión, donde supuestamente sucedieron los hechos.

Por otro lado, el supuesto autor de la agresión, José María, que fue expulsado disciplinariamente y denunciado por el programa, ha quedado desprotegido y delante de toda España como un violador, pero él niega tajantemente los hechos y amenaza que emprenderá acciones legales. Se le ha acusado de algo que no se ha investigado, y que muchos ponen en duda que sea verdad.

Previamente a la gala de anoche, Jorge Javier publicaba un tuit en el que usaba como cebo precisamente el regreso a la casa de Carlota, que minutos después borró. Por tanto, se deja entrever que se podría haber cebado la emisión con el supuesto abuso sexual. La gala dedicó su primer bloque al presunto caso, haciendo reality show de algo tan serio, y logrando mejorar sus datos de audiencia en 2,8 puntos de cuota.

Durante el transcurso de la gala, la audiencia denunció a la organización del concurso, en contra de la supuesta utilización de unos hechos tan graves y de darle un trato frívolo. Lo primero que debería dar el programa es ejemplo, teniendo en cuenta su impacto en el público juvenil, y no debería haber permitido que Carlota volviera a entrar en la casa, quien volvió a corroborar los hechos, y en defensa de algo tan serio como son el respeto a los derechos de la mujer y la lucha contra la violencia de género.

De ‘Gran Hermano’ ya no queda nada. Telecinco tiene que darle un descanso y poner fin a la agonía de esta edición. Es triste ver su esencia totalmente degenerada, sin haber resquicios del gran formato que enganchó a millones de personas desde su inicio. Se debe hacer un ejercicio de autocrítica y asumir que el único enemigo que tiene ‘GH’ son sus propios responsables.

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