La crítica de la semana: Barcelona tras el cristal

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 14 al 20 de agosto de 2017

La relación con el dolor ajeno y la capacidad para analizarlo y trasladarlo al espectador son parámetros infalibles para juzgar la profesionalidad, y humanidad, de nuestra televisión.

La pequeña pantalla siempre ha sido la hermana menos guapa de los medios de comunicación, la que tiene fama de carroñera y de ser solo un mero opiáceo para tener entretenida a la masa. Los atentados de Catalunya han puesto en valor nuestra televisión, si bien es verdad que algunos han coqueteado con el morbo y con el análisis interesado, la prensa escrita o las redes sociales han demostrado algo más de suciedad entre sus líneas. Pero lejos de pretender hacer  de esto un Tribunal de La Inquisición, bastante tendrá cada uno con el director de periódico que le ha tocado aguantar, vayamos a los datos y a lo que se agarraron los espectadores tras el atentado en la ciudad más hermosa del mundo.

Era un poco más tarde de las 17:00 horas de un jueves de agosto cuando saltaba la noticia a los medios, si bien porque a esa hora la oferta favorita de los españoles es ‘Sálvame’ o por el buen hacer de Isabel Jiménez, el programa al que acudieron los espectadores tras el atentado fue el especial informativo de Telecinco. El espacio marcó un gran 18,8% de share en la tarde del jueves, convirtiéndose en referencia informativa de los españoles a esas horas de la tarde de primeras informaciones y confusiones. Impecable labor la de Isabel Jiménez, emoción con contención e información sin titubeos, de esas profesionales que estuvieron a la altura de la circunstancias y que quedarán en el recuerdo colectivo como una de las voces a la que nos agarramos tras la desgracia. Esa noche, otra mujer tomó el relevo convirtiéndose en la narradora más seguida por los espectadores, Maria Casado y su especial en TVE fue la opción más vista con un 10,7% de share. Huyendo de polémicas estériles, la periodista catalana se reivindica como una de las voces más objetivas de la cadena pública.

El viernes, mientras el desconcierto seguía reinando en los hogares españoles, los rostros más reconocibles de las mañanas televisivas decidieron abandonar sus vacaciones para ponerse  al frente de sus cortijos. Ferreras, Quintana o Griso se desplazaron hasta Las Ramblas de Barcelona para analizar la información desde el epicentro de la noticia, dejando las majestuosidad de sus platos para adentrarse en la calles de la ciudad Condal. Los abanderados de la moral, aquellos que no dudan y reparten sentencias entre el bien y el mal, no tardaron en acusarlos de carroñeros. Más allá del evidente interés comercial que puedan tener las cadenas privadas en sacar redito de la cobertura de un atentado, las caras más reconocibles de la televisión fueron por un día periodistas a pie de calle, sin divismos y actuando como fuentes de información veraz para un público que tiene depositada en los rostros más conocidos su máxima confianza. ‘Espejo público’ fue la oferta más vista de la mañana del viernes con un 16,7 % de share.

Tras dos días de luto y de buen hacer televisivo, el sábado ya se empezaron a detectar ciertas actitudes reprochables en los platós de televisión. No era el momento de empezar a buscar culpables más allá de los terroristas, de invitar a personajes con más ganas de difundir ideología que de arrojar sosiego al espectador. Tras un impecable reportaje de Toñi Moreno por las calles de Barcelona, trasladando la emoción de sus ciudadanos con la cercanía que la caracteriza, llegó una tertulia con connotaciones de reproche político policial que agrió el contenido que hasta el momento había ofrecido ‘Viva la vida’. Tres de sus tertulianos buscaron responsabilidades, apuntando soluciones milagrosas que podían haber evitado la desgracia, como si estos yihadistas descerebrados actuaran bajo alguna lógica entendible para el común de los mortales. Los “aposteriorísticos” con odios internos siempre aprovechan la ocasión para colar sus ideologías con la autoridad moral que se auto otorgan con el “yo ya lo sabía”. El sábado por la noche fueron mucho más responsables en ‘La Sexta Noche’, ofreciendo información e investigación con el adorno justo, Hilario Pino obtuvo un buen 8,8% de share con la última hora sobre los atentados de Catalunya.

Uno siempre se acuerda del momento en que recibe una noticia de estas características, con las personas con las que compartía esos primeros instantes de angustia y aturdimiento. También recordaremos aquellos que nos informaron, si arrojaron luz frente al desconcierto o trataron de inocularnos su veneno. Con todo, debemos ser algo piadosos con la mayoría de profesionales del medio, gestionar el tsunami de informaciones en esos momentos y actuar con celeridad sin caer en el error no es tarea fácil. Dudar y actuar; todo oficio conlleva dicho riesgo, y los que están expuestos a la opinión pública, para bien o para mal, pagan ese peaje por ejercer su trabajo. Dejemos que la marea baje, repongámonos del dolor y ya tendremos tiempo para un análisis más certero, de la misma forma que algunos pudieron equivocase en su forma de gestionar la información muchos otros se precipitaron en dictar sentencia sobre los informantes.

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