Crítica de ‘All you need is love… o no’: No, no necesitábamos amor

Hace prácticamente un año se empezaron a escuchar rumores de que Telecinco estaba pensando recuperar el mítico programa ‘Lo que necesitas es amor’, que con tanto éxito emitió Antena 3 en los años 90. El planteamiento inicial no llegó a fraguarse y todo quedó en el intento. Al poco tiempo Antena 3 anunció la llegada de ‘El amor está en el aire’, un programa de similares características. El nuevo formato llegó pero se fue por la puerta de atrás debido a su débil audiencia. Fue entonces cuando desde Telecinco se escucharon de nuevo rumores de sacar el proyecto del cajón y hacerlo realidad. Una realidad que ha llegado, pero que se la podría haber ahorrado.

Quien pensaba ver en ‘All you need is love… o no’ una nueva versión del recordado ‘Lo que necesitas es amor’ se ha llevado una gran decepción. Bueno, el que lo esperaba y el que no, porque el programa en sí es una decepción.

Falla el formato, el presentador, los colaboradores y el planteamiento del espacio. Por fallar falla hasta el plató. Cuando el espectador «disfruta» el programa no sabe realmente qué está viendo: ¿Un reality? ¿Un debate? ¿Un late night de los años 90? Creemos que ni sus propios responsables lo saben.

Si hay algo claro es el target del programa: Público juvenil por excelencia. El lenguaje desenfadado y los invitados no parecen ser un buen reclamo para un público más adulto. Para entendernos, se trata, en resumidas cuentas, de un ‘Diario de Patricia’ grabado en el plató de ‘Crónicas Marcianas’.

Las historias no terminan de enganchar. Les falta emoción y sus protagonistas carecen de ese imán que consigue atrapar al espectador. Nada que ver con los invitados de otros programas en los que la emoción se palpaba. Véase el caso de ‘Hay una cosa que te quiero decir’.

El presentador, por su parte, no se ve. Risto es magistral juzgando y realizando entrevistas. Pero ya está. El papel de moderador y presentador “enrollado” no le va. Zapatero a tus zapatos.

Y aún estamos intentando encontrar sentido al papel de los colaboradores (David Guapo e Irene Junquera, más ocasionales) que acompañan a Risto en esa fría mesa. ¿Consejeros del amor? ¿Reyes del chiste fácil?

Y no se nos olvida la realización. Aún buscamos la cabeza de David Guapo en uno de los planos. ¿Y qué nos decís de la emisión de vídeos grabados con móviles cuya calidad brillaba por su ausencia? Pero no, mejor no hacer más hincapié en esas cosas. ¡No habría palabras!

Pero, ¿Hay algo destacadamente bueno? Aquí estamos ante la búsqueda del tesoro. Esto es, seguro que hay algo, pero resulta complicado encontrarlo. El programa no convence ni a sus propios responsables. Tampoco al público según la mayor parte de los comentarios vertidos en las Redes Sociales, sobre todo Twitter.

No sabemos si necesitamos amor. Lo que sí sabemos es lo que no necesitamos: Un programa como este.

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