La crítica de la semana | Amores que mueren

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 3 al 9 de abril de 2017

El amor, tan intenso y volátil a la vez, es uno de los puntos de partida más característicos de la televisión actual. Esta semana asistimos a la muerte mediática de la pareja española por excelencia y las cadenas sacaron buen provecho de ello.

La probable ruptura entre David Bustamante y Paula Echevarria, los Brangelinos patrios,  copó  portadas, titulares digitales y conversaciones de peluquería la semana que dejamos atrás.  Sin tener confirmación oficial de dicho divorcio, la televisión sacó todo el jugo posible al fin del amor entre la idolatrada pareja. La persecución mediática que viven en estos momentos es comparable al inicio de la historia de amor cañí que vivieron los chorizos de Marbella, Julián el de las bolsas de basura e Isabel la que dice que no la graben más. El momento que vive el matrimonio es una consecuencia inevitable del rendimiento que le sacaron a su relación mientras duró el romance. Echevarría era y es una marca andante, capaz de vender todo lo que la roce y de agotar existencias en Lidl con cualquier de sus modelitos. Él siempre será el albañilmi casa humilde que consiguió labrarse un futuro musical tras conquistar al público en OT, y estas historias  de príncipes del pueblo siempre venden mucho en España, y sino que se lo pregunten a Albert Rivera. En todo caso, los más beneficiados por este amor disoluto fueron los amigos de ‘Cazamapriposas’ (superando el 3% de share) y los leones del ‘Sálvame’, superando el 19% al abordar la crisis de los Bustarría.

El amor ha muerto definitivamente entre José María Aznar y el pueblo español. A pesar de todo el cariño que le procesó Bertín Osborne, el expresidente amante de las fotos a tres le regaló al cantante de rancheras su peor dato histórico, un escuálido 13% de share. ‘Mi casa es la tuya’ nos obsequió el pasado miércoles con uno de los flirteos más obscenos y gratuitos que se han visto en televisión desde los masajes de Pedro Ruiz en las noches de La2. Ahora debería de decir eso de: “independientemente de las cuestiones ideológicas que me distancian del personaje…”, pero no, no lo voy a decir, el discurso del expresidente fue el summum del despotismo y de la egolatría. Un señor incapaz de aceptar la derrota, que entiende el rechazo como  ingratitud del pueblo y que tiene los santos bemoles de enorgullecerse de sus fechorías. Un personaje que se instaló en las alturas de sus ensoñaciones para sepultar al político, y que contó en todo momento con la pleitesía de Osborne. De acuerdo que Bertín no es Risto y que se trata de conversaciones amables, pero entre esto y una beatificación papal hay un trecho. Ni Rato, ni Bárcenas, ni peras ni manzanas  fueron abordados…; el único mérito del programa fue aguantar durante tres horas a un tipo tan insulso y  tan poco agradecido para el mundo de la entrevista como José Mari.

Entre muertos y caminantes transcurren las historias de amor y supervivencia de los protagonistas de ‘The Walking Dead’. La serie despedía el pasado lunes su séptima temporada en Fox con un estupendo 2% de share, siendo la emisión más vista del día entre las cadenas de pago. La ficción americana sigue deleitando al público con los devenires de los supervivientes del apocalipsis zombi, con el paso de los años ‘The Walking Dead’ mantiene el ritmo despertando las pasiones más intrínsecas de los espectadores. Sin complicaciones de guion ni giros imposibles, la serie es entretenimiento puro, un producto pensado para las masas que sigue atrapando a millones de fieles en todo el mundo y que ya ocupa en un lugar de honor entre los clásicos de la ficción televisada.

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