'Supervivientes 2016' | Gala 4: un regalo envenenado, comportamientos inadmisibles y nuevas mecánicas


 Por Pedro Mendoza.

La gala de este jueves del reality más visto en España, llegaba a la sombra de una anterior cita demasiado buena en cuanto a contenido y logística para lo que nos tienen acostumbrados los de Mediaset. Efectivamente, segundas partes nunca fueron buenas y se demostró al presentarnos una serie de contenidos sin orden ni concierto y una escaleta aburrida a más no poder. Como viene siendo  habitual, dejaron lo más importante para el final, con prisas y a lo loco para resolver los puntos claves de la semana y que darán lugar a nuevas convivencias.

Precisamente estas convivencias no tendrán lugar en las mismas localizaciones donde ha transcurrido el concurso desde sus comienzos, pues se mudan por fin a Playa Uva todos juntos. Juntos sí, pero no revueltos. Están separados en un Lado Luminoso y un Lado Oscuro, siendo este último el peor y ocupado por el Equipo Fuego después de perder en un juego de recompensa que desencantó hasta al propio presentador del espacio.

Tras los pomposos rituales de expulsión, una vez más Victor Sandoval y Dulce se libran de la salida del concurso, que le ha tocado en esta semana a El Dioni. Este, ha sido trasladado a Playa Itinerante con Yurena y Miriam, pero al finalizar la gala, el televoto decidió que fuera el primer expulsado oficial de la edición y se marchara para España definitivamente. La expulsión de Dioni dejó cojo al equipo Agua, que recibió un regalo envenenado por parte de sus contrincantes para equilibrar los grupos: Dulce, la nanny más famosa de España se iba con ellos. Digo envenenado porque como la culpa del mal rollo constante de su ex equipo sea de ella, que se agarren los machos sus nuevos compañeros. Precisamente las aguas no están calmadas en dicho equipo, pues el italiano Mario ha decidido revelarse contra sus compañeros, que lo acusan de ser falso y estratega (como si esto fuera un aspecto negativo en el concurso donde todos quieren ganar) provocando que los cuchillos vuelen entre ellos.

En la cuarta gala también, se produjeron un par de situaciones en plató y la isla que me parecen dignas de señalar. Empezando con lo que más cerca nos toca, Antonio Tejado llegaba al plató para dar explicaciones sobre su abandono por «razones médicas». Pongo muy en duda la mentalidad supuestamente desarrollada de dicho señor, al intentar estafar al programa fingiendo una ciática y luego ser cazado en la piscina del hotel saltando y haciendo el bobo, como si no supiera donde está. La otra gracia ocurrida en plató la protagonizo Maca, defensora de Dulce, al prestarse indirectamente a ser entrevistada por el presentador sobre un tema que tan poco pegaba en una gala como es la vida de Isabel Pantoja Junior. Que sí, que es de interés nacional que lo haya dejado con el novio y todo lo que le rodea, pero para ese tipo de asuntos se emite un programa dedicado a ello en el mismo horario, pero un día después. En lo que a la isla se refiere, Suso mostró una actitud pueril, asquerosa  e inmadura contra una redactora del programa al pedirle que vaciara su saco por sospechar que había robado algo. Esto le valió la reprimenda de Jorge Javier, pero solo se quedo en eso, en una insuficiente reprimenda. Por otro lado, y positivo por fin, me veo en la obligación de ensalzar el grandísimo papel que nos está regalando Yurena, quién ha pasado de vivir en un valle de lágrimas a encontrar el amor en brazos de Victor el Garífuna. No, en serio, que la declaren finalista directa o algo.

La noche finalizó con Mario, Victor, Mari Carmen y Cristian como nominados, los dos primeros por el grupo y los dos últimos por sus líderes, Carla y Yola.

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