#OperacionPalace, o cómo traspasar las fronteras de la ética periodística

Operación Palace de 'Salvados' y Jordi Évole en laSexta
El especial «Operación Palace» de ‘Salvados’, ofrecido este domingo, ha logrado una repercusión sin precedentes en la audiencia española y un fuerte impacto en las redes sociales y los representantes políticos. Lo que en un principio iba a ser un documental sin más, con el rigor al que nos tenía acostumbrados Jordi Évole, se ha ido trasformando en una pesadilla, en la que seguidores habituales y los que se han enganchando por el «boca a boca» hemos caído como chinches: el documental, después falso, desmontaba el golpe de Estado del 23-F con la connivencia del Rey y todos los partidos políticos y durante una larga hora nos hemos creído atónitos que habíamos habitado en esa mentira durante 33 años.
Era 30 de octubre de 1938 cuando Orson Welles sembró el pánico con su versión radiofónica de «La guerra de los mundos» (H.G. Wells) y la sociedad estadounidense se creyó una invasión alienígena. ¿Quién iba a decir que Évole iba a someternos a la primera gran «estafa informativa» en la historia de nuestro país? En un abuso del poder que se ha permitido después de que le hemos entregado el arma más valiosa, nuestra credibilidad, y tras haber conquistado todos estos años un papel de referente en el periodismo, ha situado su falso documental en un momento decisivo para la historia democrática: el golpe de Estado del 23-F. Todo encajaba a la perfección: el presentador, el programa de la verdad, la cadena del contrapoder, ilustres periodistas como Iñaki Gabilondo, Fernando Ónega o Luis María Ansón y el cineasta José Luis Garci, entre otros.

Las reacciones han sido de lo más variopintas en la red, desde el humor y las felicitaciones, después las rectificaciones -con un borrado récord de comentarios-, pero han abundado los comentarios críticos y la indignación colectiva. Podría sacarse una lectura positiva, que no es otra que el que era objetivo final de este arriesgado experimento, que se desprende del comentario expresado por el periodista en su cuenta de Twitter:

Lo fácil que es caer en la manipulación. Pero no todo vale para desmontarla. Y mucho menos Évole necesitaba reafirmarnos en la suya, que hoy según su experimento habríamos de poner en duda. Lo que algunos pueden considerar escalar un peldaño más en el ejercicio de un buen periodismo, otros lo consideramos una fórmula poco ética, usando un hecho histórico trascendental como fue el 23-F, donde se ha olvidado de algo fundamental, la sensibilidad y conciencia ciudadanas. ¿En qué lugar han quedado aquellas generaciones que, nacidas en una dictadura, sufrieron la traumática experiencia del fatídico golpe de estado? ¿Todo por un «mejor» periodismo y demostrarnos el poder hipnotizador de los medios? ¿O por conseguir una noche de récords de audiencia totalmente asegurada?

 

Audiencia social domingo, 23 de febrero y «Operación Palace» (‘Salvados’):


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