Crítica: ‘Gran Reserva. El origen’ descorcha una mezcla entre naftalina y fresa

GRAN RESERVA. EL ORIGEN | CRÍTICA

Y por fin se estrenó ‘Gran Reserva. El origen’, la precuela de ‘Gran Reserva’ que en forma de telenovela de época pretende mantender en vilo cada tarde a los espectadores y que en su estreno ayer con doble capítulo (16:30-17:55) logró un decepcionante pero esperanzador dato de audiencia: 1.037.000 espectadores y 9% de cuota de pantalla. 

No alteró lo más mínimo a su asentada competencia: ‘Sálvame’ (1.820.000 y 17,5%) y ‘Amar es para siempre’ (1.560.000 y 13,2%) pero mejoró la franja de La 1 (líder de la sobremesa, con un 12,6%), mientras este viernes apenas 766.000 y 6,1% vieron la despedida de ‘UCO’. ¿Podemos hacer un balance positivo de su estreno?

Nunca hemos visto en sobremesa a un elenco de tal dimensión

Nunca jamás en la televisión española se había apostado por una precuela de una serie de éxito de prime-time para las sobremesas diarias. Tampoco habíamos podido ver juntos en esta franja de la gran pantalla a un elenco de tal dimensión, salvando las distancias con el inigualable de la primera temporada de ‘Amar en tiempos revueltos’. Se trata por tanto de una apuesta arriesgada que cuenta con el dificil, o tal vez imposible reto de recuperar un público que ha huído en masa de La 1 los últimos meses con unas tardes repletas de reposiciones. Si se hubiera estrenado justo tras el precipitado final de esta última estad seguros que su estreno habría sido mucho mejor. ¿Pero tiene expectativas de crecer?

Aún es prematuro sacar conclusiones, ha habido ejemplos innumerables en esta franja de productos que han requerido su tiempo para asentarse progresivamente y ‘Gran Reserva. El Origen’ tiene ingredientes para ello, y tiene en su elenco uno de sus grandes hándicaps, además de ser una galería de actores guapos y jóvenes cosa que ayudará.

En el piloto han sobresalido entre otros Jesús Olmedo, que cambia las armas y escudos de ‘Hispania’ por el tupé sesentero, un nuevo registro que no le puede haber sentado mejor siendo ya uno de los grandes descubrimientos del serial. Víctor Clavijo aspira a ser un digno heredero y antecesor del «hijoputismo» de Don Vicente Cortázar y Emilio Gutiérrez Caba. También destaca la gran Silvia Marsó y los actores más mayores como Manuel de Blas y Carlos Álvarez-Novoa. Algunos aparecen más sobreactuados como Marta Torné, Blanca Jara y Javier Pereira. Y se espera que grandes de la escena como Álex Angulo, Joaquín Climent y Alberto Sanjuan puedan lucirse más en sus papeles.

Los exteriores, las músicas y la fotografía son otros de los grandes aciertos de la ficción. Es una delicia perderse por esos viñedos a la hora y en el entorno de «La Siesta». Pero también se han dejado entrever ya algunos fallos: la falta de bagaje y ritmo. Quizá estamos acostumbrados al ritmo frenético de su serie madre, algo imposible de mantener en una serie diaria pero esperemos que mejore y se haga un montaje de secuencias más ágil y atractivo. También las tramas necesitan más enganche: será porque el final de la historia de la mayoría de personajes ya lo conocemos pero los guionistas van a tener que ingeniárselas mucho y enrevesar al límite la historia para mantenernos enganchados hasta final de año, momento hasta el que han firmado su continuidad en parrilla.

De momento en la primera cata nos ha dejado una mezcla de aroma entre naftalina y fresa para las tardes diarias. El tiempo dirá…

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